Vox Populi

El otro día fui a misa. Escuché el sermón del cura, muy atentamente. Creo en Dios, tengo mis diferencias con algunas normas, pero, por más que no creyera, igual considero valiosos los sermones de estos hombres. Creo que tienen muchas enseñanzas muy ricas, que todos podemos aplicar a nuestra vida cotidiana. 

Ahora bien, el sermón, como cualquiera otro discurso pensado, usa términos y expresiones que la gente pueda entender. Expresiones con las cuales la gente se sienta identificada, en mayor o menor medida. Hay algunas expresiones que son tildadas como expresiones "Vox Populi", de la voz del pueblo, o de dominio público. Que todos saben. O todos entienden a qué aluden.

"En boca cerrada no entran moscas", "el que no llora no mama", "el muerto se ríe del degollado", "más vale pájaro en mano que 100 volando", "por interés baila el mono", "Al que madruga Dios lo ayuda", "Calavera no chilla", etc. Todas se usan del mismo modo: la persona la dice automáticamente, uno la capta automáticamente (o sino pregunta una única vez), y la conversación sigue, con otro rumbo, como si nadie se percatara de la introducción de palabras que no tienen coherencia alguna en el contexto de esa conversación, justamente porque la coherencia está intrínsecamente en el momento en el que se usa la frase.

Agilizan la conversación, salvo en determinados casos:

-Mamá, me quedé con este chico porque los otros no me gustaban, pero me dijeron que el otro era muy atento con algunas cosas que me gustan a mi; y me dijeron que en realidad no era tan malo, lo que pasó fue que habian hablado al pedo las chicas, ayer cuando salimos; tomamos algo de más, y ahora estoy muerta.

-Bueno, hija, En boca cerrada no entran moscas, más vale pájaro en mano que 100 volando, Al que madruga Dios lo ayuda, Calavera no chilla...

Quizá, así usadas, no tengan demasiada utilidad práctica. En ciertos momentos, decir mucho con poco es mucho con poco.

El tema es ver cuáles son éstas. Conocerlas. Y, en esa misa, me di cuenta que se ha introducido al diccionario de las frases populares una que no comparto, en absoluto: "Dos más dos no siempre es cuatro". Alude, o pretende aludir, a que no siempre hay una fórmula  para todo, que a veces hay que hilar fino para ver cómo hacer algo de manera sutil, con tacto, y que a veces puede funcionar y otras veces no.

Pero me niego a aceptar este corolario. Simplemente me niego. Si aceptás que algo es una unidad, y aceptás no sólo que hay dos idénticas, sino que hay dos más, entonces, indefectiblemente, habrá cuatro unidades. Te puedo aceptar que se puede llegar por varios caminos, porque dos por dos también es cuatro, pero no que no es cuatro (Y no es que están aludiendo al absurdo, que también se utiliza en matemática para demostrar algunas teoremas).

En fin.

2 + 2 = 4 

got it?

p.d.: 2 X 3 = 6. El 6 no alude a la lluvia.